El compost, también conocido como composta, es un abono natural que se elabora a partir de residuos orgánicos tales como restos de comida o plantas. Hoy en día el compost se posiciona como la mejor alternativa para fertilizar la tierra sin necesidad de acudir a productos químicos que terminan dañando el medio ambiente. En lo que sigue del artículo podrás conocer más sobre su significado, los procesos por los que se obtiene y sus beneficios.
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Índice
¿Qué significa compost?
El compost es un abono orgánico. Es decir, un fertilizante que se utiliza para que la tierra produzca más y sea más saludable. Este tipo de abono sólido se crea cuando los microorganismos presentes en los residuos orgánicos comienzan a degradar dichos restos. Este tipo de residuos son variados e incluso se pueden encontrar en nuestros hogares, como por ejemplo el estiércol o los restos de comida.
La descomposición o degradación de los residuos orgánicos puede ocurrir debido a organismos microscópicos como hongos y bacterias; o por organismos macroscópicos como lombrices y algunos otros animales.
Para realizar este proceso en casa es necesario tener el equipo adecuado. Para ello existen recipientes, usualmente de plástico, conocidos como compostadores que se pueden encontrar fácilmente en el mercado.
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Al iniciarse en la elaboración del compost casero es necesario saber que existen tres tipos de ellos, principalmente:
- Compost maduro, caracterizado por su olor agradable y su textura con grumos.
- Compost fresco, el cual no se encuentra descompuesto por completo porque solo lleva tres meses, como máximo, en el proceso de degradación.
- Purín de compost, obtenido a partir del compost maduro al remojarlo en agua.
¿Qué es compost y para qué sirve?
La principal función del compost es como abono orgánico para mejorar las condiciones de la tierra y su capacidad para producir. Es una opción perfecta para darle uso a los restos de comida y otros restos orgánicos que tienes en tu casa, reutilizando unos residuos que, de otra manera, acabarían en el contenedor de basura. Es importante destacar que, una vez que se utiliza el compost sobre la tierra no se requiere de abonos químicos adicionales.
El compost es un fertilizante lleno de vitaminas, minerales, proteínas y carbohidratos, todos los compuestos necesarios para mejorar y garantizar la calidad y fertilidad de la tierra. Por su composición, el compost también se encarga de absorber grandes cantidades de agua que luego desprende poco a poco para hidratar las plantas; reduciendo los efectos erosivos que la lluvia puede tener en la tierra.
El compost es muy importante para los agricultores. El suelo que se utiliza para el cultivo suele tener una disminución considerable en sus niveles de humus, compuesto que se encarga de evitar la descomposición de la tierra. El abono orgánico o compost también actúa como humus, disminuyendo los efectos de la erosión en los suelos. El compost también se encarga de cuidar las plantas y cultivos, aportando los nutrientes necesarios para su crecimiento, así como de evitar y curar las enfermedades causadas por hongos.
Al compost también se le suele dar usos en el paisajismo. La degradación de los suelos no solo enferma y vuelve menos fértil a la tierra, también le otorga un aspecto desagradable en urbanizaciones o jardines que puede evitarse con el uso del abono orgánico. De igual forma, el compost también se utiliza en zonas que han sido deforestadas o en suelos que han sido quemados.
Materiales para hacer compost. ¿Qué se necesita?
Para realizar compost en casa se necesitan materiales verdes: bolsas de té, hojas, restos de frutas o verduras, cáscaras como la de banana o de huevo, etc. También se necesita material seco o marrón como madera, cartón y hojas secas. Todos estos materiales aportan nitrógeno y carbono, elementos necesarios para la alimentación de los organismos que degradarán los residuos.
El compost necesita tener el triple de material seco o marrón que de material verde o húmedo para garantizar la humedad adecuada. La humedad es uno de los factores principales en la correcta formación del compost, pues un exceso de ella podría pudrirlo y generar olores muy desagradables. También necesitarás de agua para regar el compost de vez en cuando.
Existen materiales conocidos como impropios, los cuales impiden el proceso de degradación de los residuos orgánicos y evitan la correcta formación del compost. El plástico es uno de los elementos impropios. Los restos de plástico vuelven al compost mucho menos eficaz ya que este no es un material biodegradable, y de hecho, podrían tener sobre la tierra el efecto contrario, dañando todavía más el suelo.
Existen también materiales orgánicos que no se recomiendan utilizar como restos de carne, pues producen malos olores y podrían atraer insectos indeseados. Por la misma razón tampoco se recomienda el uso de grasas animales ni de productos lácteos para la elaboración del compost.
Por último, tampoco se recomiendan ingredientes como excremento de animales carnívoros, ya que pudiera contener bacterias; plantas enfermas, pues podrían contaminar el compost; o cenizas de carbón, ya que estas no se descomponen más.
¿Cómo elaborar compost en casa?
Para elaborar el compost en casa se pueden utilizar composteros – aquí te ayudamos a decidir qué compostero comprar. Lo primero que debes hacer es conseguir los materiales mencionados anteriormente. Una vez que hayas conseguido los materiales debes mezclaros en forma de pila o montaña. Asegúrate de que la temperatura en el lugar en el que estás haciendo el compost sea la adecuada. Para que un compost se forme correctamente requiere de una temperatura de 40 a 50 grados centígrados. Las temperaturas elevadas recortan el tiempo en el que el compost tarda en formarse.
Luego de haber mezclado los ingredientes debes encargarte de mover la montaña o pila de ingredientes cada semana, moviendo hacia el exterior los materiales que se encuentran en el interior de la pila y al revés con las que se encuentran en el exterior. Finalmente, el compost está listo para ser usado cuando la montaña de residuos se haya reducido a la mitad y los elementos que antes habían en ella ya no sean reconocibles, cuando su color sea oscuro y cuando la temperatura sea estable. Por lo general, el compost está listo entre 1-3 meses, aunque puede dejarse durante más tiempo para obtener un compost maduro.
Ventajas del compost sobre otros abonos
- El compost tiene múltiples ventajas sobre la tierra y el medio ambiente en general. Una de las principales ventajas del compost sobre los suelos es que previene la erosión, es decir, la fragmentación de los suelos.
- El abono orgánico ayuda a que el suelo sea más compacto y que no se fragmente fácilmente. En el proceso de formación del compost se genera un fertilizante líquido en la degradación que se conoce como lixiviado. Este líquido funciona como insecticida y evita que las plantas desarrollen enfermedades causadas por hongos o plagas.
- El compost aporta a los suelos los nutrientes necesarios para que no se debiliten. Cuando el PH (es decir, el grado de acidez) en los suelos es demasiado bajo o demasiado elevado, los suelos se debilitan. Los fertilizantes químicos suelen alterar el PH de los suelos, mientras que el compost, al estar formado con compuestos orgánicos, tiene un PH neutro.
- El compost también aumenta los niveles de humus en los suelos en un 2%. Elaborar el compost en casa también reduce los gastos, pues no necesitas gastar casi nada de dinero para formar el abono, al obtenerse a partir de tus propios desechos orgánicos.
- Utilizar en nuestros propios hogares los residuos orgánicos reduce los niveles de CO2 en el aire y nos brinda un aire más limpio y puro; pero además de ello, el compost ayuda al medio ambiente en otros aspectos. Utilizar compost para fertilizar los jardines evita el uso de abonos químicos que son también perjudiciales para las plantas y otros organismos.
- Con el compost se reducen los efectos adversos y desagradables de los residuos orgánicos en el hogar, como los malos olores, los hongos y otras enfermedades causadas por agentes patógenos.
Apuesta por un abono orgánico y natural
Las plantas, al igual que otros seres vivos, requieren de nutrientes extra más allá de los que consiguen dentro de la tierra. El abono es el que se encarga de aportarle a las plantas estos nutrientes. Durante mucho tiempo, los fertilizantes y abonos químicos han sido los más utilizados, pero la realidad es que estos tienen efectos adversos. Para garantizar el crecimiento y fortalecimiento seguro y saludable de nuestras plantas, lo ideal es utilizar el abono orgánico y natural.
Los fertilizantes o abonos químicos resultan ser mucho más dañinos tanto para las plantas como para el medio ambiente que los abonos orgánicos y naturales. Las fábricas que se encargan de la producción de estos abonos emiten grandes cantidades de gases de efecto invernadero como el CO2. Los abonos orgánicos y naturales, por otra parte, no requieren de la emisión de ningún tipo de gas dañino, más bien, ayudan a su disminución.
Los abonos químicos contienen niveles de nitrógeno tan elevadas que alteran el PH de los suelos a tal punto de que quedan inutilizables. Los abonos orgánicos, por otra parte, contienen dosis muy moderadas de nitrógeno.
Además, algunos de los compuestos químicos con los cuales se realizan los fertilizantes o abonos comunes terminan en los ríos, lo cual afecta la salud y el bienestar de los animales que se encuentran en ellos.
Los abonos orgánicos y naturales permiten que el efecto de crecimiento y nutrición de las plantas sea mucho más rápido que con los fertilizantes químicos. Con los abonos naturales la absorción de los nutrientes es directa, mientras que con los abonos químicos, los efectos son más lentos porque hay compuestos que las plantas no pueden procesar.